Baños de Montemayor

Baños de Montemayor se ubica en el norte de Extremadura, entre los límites de las provincias de Cáceres y Salamanca, dentro del área geográfica denominada Valle del Ambroz (en las estribaciones del sur de la Sierra de Gredos), a lo largo del cual discurre la antigua N-630 Vía de la Plata que pasa por el centro de la localidad, haciendo el acceso sumamente fácil desde cualquier punto de la península.

La localidad limita al norte con Béjar (15 kilómetros), al sur con el municipio de Hervás (7 kilómetros) y la ciudad de Plasencia (40 kilómetros), al oeste con la comarca de Trasierra-Tierras de Granadilla, el embalse de Gabriel y Galán (20 kilómetros) y Las Hurdes (35 kilómetros), y al este con el Valle del Jerte (38 kilómetros).

La geografía de Baños de Montemayor es muy accidentada. La localidad se encuentra rodeada por montañas de 850 a 1.200 metros de altura, con abundantes bosques de castaños y otras especies autóctonas. Su privilegiada situación, al fondo del Valle del Ambroz, hace que Baños de Montemayor posea un clima suave tanto en verano como en invierno, pudiendo el viajero, disfrutar de su estancia en cualquier época del año.

Una de sus principales características es la abundancia de agua, encontrándose numerosas fuentes y manantiales tanto dentro del casco urbano como en el entorno.

El término del municipio tiene una extensión de unos 22 kilómetros cuadrados y una población de 820 habitantes.

¿Cómo llegar?

Por carretera: Autovía A-66 tanto para acceso norte como sur.

Transporte público:

  • Autobús
    • ALSA (www.alsa.es) conecta Baños de Montemayor con Salamanca, Plasencia, Cáceres, Mérida, Zafra, Sevilla, Valladolid, Oviedo, Gijón, País Vasco, etc. Teléfono: 902 422 24
    • MONBUS (www.monbus.es) conecta la localidad con Piedrahita, Ávila y Madrid. Teléfono: 982 29 29 00
    • Todos los autobuses tienen la parada en la Pza. del Arenal s/n.
  • Tren
    • Las estaciones de ferrocarril más próximas son la de Plasencia (42 kilómetros al sur de la localidad) y Salamanca (90 kilómetros al norte de la localidad).
    • Para cualquier consulta sobre horarios, tarifas y compra de billetes: www.renfe.es o bien a través del teléfono 902 24 02 02, para venta de billetes.
  • Avión
    • El aeropuerto más próximo es Matacán (Salamanca, a 90 kilómetros). Si bien, el aeropuerto internacional de Madrid-Barajas está a 230 kilómetros y hay servicio diario y directo de autobús Madrid-Baños de Montemayor-Madrid.

Más información

Centro de información Oficina de Información Turística +34 927 488 285 http://www.banosdemontemayor.es
Audioguía

Los testimonios más antiguos que se conservan de Baños de Montemayor datan de época romana y se relacionan con la existencia de una fuente de aguas termales y de la calzada romana. Los distintos autores que han estudiado la calzada romana “Vía de la Plata” no han logrado ponerse de acuerdo en cuál sería el nombre de esta población, identificándola unos con la mansio de Caecilio Vico o Caelionico, otros con Banium o con Aquae Caperensis.

La calzada conserva su trazado en dos grandes tramos situados en las entradas norte y sur de la población. El pavimento empedrado del tramo norte, con casi 2 kilómetros de recorrido ha sido objeto de una restauración en 1973. En este tramo, donde comienza el ascenso para superar el puerto, pueden verse dos ejemplos de alcantarillas. En el tramo sur, a medio kilómetro del pueblo, se conserva un pequeño puente de fábrica romana, llamado del Cubo, que posee un único arco de 3,50 metros, está muy reformado.

Durante la Edad Media, la Vía de la Plata perdió importancia económica y tras la Reconquista su trazado sirvió para marcar la frontera entre los reinos cristianos de Castilla y de León. Posteriormente, también se utilizó para delimitar las jurisdicciones eclesiásticas de las diócesis de Coria y Plasencia. De este modo, Baños de Montemayor se convierte en un pueblo fronterizo, generándose dos núcleos de población (Baños de Montemayor y Baños de Béjar), prácticamente unidos en cuanto a su realidad física, pero completamente diferenciados administrativamente.

Cada pueblo pertenecía a reinos distintos, a diócesis distintas (razón por la que hay dos templos parroquiales) y a distintos señores feudales. La parte correspondiente a la parroquia de Santa Catalina (margen este de la calzada romana) dependía del reino de Castilla y de la diócesis de Plasencia, siendo propiedad del Ducado de Béjar. El distrito parroquial de Santa María (margen oeste de la calzada romana) formaba parte del reino de León, de la diócesis de Coria y del Señorío del Marqués de Montemayor. Con la división provincial de 1833, Baños de Montemayor se constituye en municipio único y en 1959 pasa a la diócesis de Plasencia.

También en el medievo adquirió carácter de camino de peregrinación, coincidiendo con la ruta jacobea del sur. Sirvió también como camino de trashumancia formando parte de la Cañada Vizana.

Según algunos historiadores, se tiene conocimiento que, en el siglo XV, durante las luchas entre Juana La Beltraneja y Isabel la Católica por las disputas por el trono, Alfonso V de Portugal casado con la Beltraneja, ascendió por Baños de Montemayor desde Plasencia dirección a Toro y Arévalo para salvar la batalla que el marido de Isabel La Católica, Fernando, había iniciado.

La historia de la localidad, desde sus orígenes, se ha visto marcada por un constante paso de viajeros, peregrinos, mercancías… merced a que la Vía de la Plata atraviesa la localidad y a la existencia de dos manantiales de aguas termales ya utilizados desde época romana, y convertidos actualmente en referente del turismo termal tanto a nivel nacional como internacional, convirtiendo a Baños de Montemayor en un pueblo muy peculiar.

La gastronomía de Baños de Montemayor es un reflejo de la sencillez basada en la calidad de los productos básicos. La bondad de su clima, con inviernos suaves y veranos no excesivamente calurosos, hace que podamos encontrar deliciosos platos elaborados con productos de huerta como el “zorongollo” (ensalada de pimientos asados, cebolla y ajo), las “patatas escabechás” (guiso de patatas que se come frío) o el “tomate al Perico”.

La localidad es zona de pastos que confieren a las carnes un sabor y textura especiales, ya sean de ovino, caprino o vacuno. Las podemos degustar en forma de “caldereta” (de cordero o cabrito), “asados” o en “frite”.

Mención especial merecen los embutidos y el jamón ibérico, que son la esencia de nuestra gastronomía. El producto que nos brinda el cerdo ibérico, fruto de la situación geográfica de la localidad y a su proceso artesano de producción y curación, preservado y mejorado a través de generaciones, harán las delicias del gourmet más exigente.

No debemos olvidarnos de los quesos elaborados con leche de cabra que pueden encontrarse en distintos grados de curación.

Para acompañar los manjares, nada mejor que un buen vino de “pitarra”, elaborado de forma tradicional y las más de las veces en el entorno familiar.

Para terminar nuestro recorrido gastronómico, debemos hacer mención a los dulces típicos entre los que destacan las roscas fritas bañadas, las perrunillas y los mantecados que serán el remate perfecto para una comida a base de productos de nuestra localidad.

La artesanía popular tiene su reflejo en Baños de Montemayor en la elaboración de cestería de castaño. Cuyo proceso de elaboración comienza con el cuidado de los árboles. El árbol o palo de castaño para este tipo de artesanía hay que trabajarlo cuando es joven, entre un mínimo de cinco años y un máximo de siete, cuando posee una hebra fina y es dulce en su comportamiento.

De este modo, permite que el profesional de la cestería lo pueda moldear a su gusto.

El primer paso es la selección, corte y acarreo de los palos, de los cuales se obtendrán las lamas con las que se fabricarán los cestos. La preparación de la madera en los procesos llamados caldeo y labra es la fase siguiente.

Terminando con los procesos llamados: fundar el cesto, hacer los aros, levantar el cesto, tejer el cesto. El trabajo finaliza, en muchos casos, con el grabado a fuego de la pieza, siendo este último paso exclusivo y diferenciador de la artesanía bañense.

Destacar por último que, tanto la obtención y tratamiento de la materia prima como la elaboración de los cestos, se hace de manera completamente artesanal siguiendo técnicas usadas durante siglos que confieren a cada pieza un toque distintivo y original, además de conferirle una duración casi eterna.

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