Sevilla

Sevilla es un importante destino turístico del sur de Europa. Situada al suroeste de la península ibérica y con una población de cerca de 700.000 habitantes, es la capital de la comunidad autónoma de Andalucía.

Si queremos precisar la situación geográfica, habrá que decir que Sevilla está a 37º de Latitud Norte y Oº 51″ de Longitud Este y que preside una campiña de tierras marismeñas siendo la altura sobre el nivel del mar de sólo 7,8 metros en la Plaza Nueva.

El río Guadalquivir da origen a la ciudad y a su rica historia, pues, a lo largo de 3.000 años, diferentes civilizaciones se fueron asentando en un territorio extraordinariamente fértil, entre las marismas y el delta del río, a escasos 80 km. del Océano Atlántico.

Su clima mediterráneo proporciona inviernos suaves y veranos cálidos.

Resultado del paso de diferentes culturas es su rico patrimonio histórico-artístico. Con tres monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (catedral y giralda, alcázar y archivo de indias) y un innumerable listado de bellos y singulares edificios, tanto civiles como religiosos, que contienen numerosas obras de arte realizadas por destacados arquitectos, escultores y pintores.

Sevilla es una ciudad de dimensión universal que ha sido protagonista en la Historia por hitos tan cruciales como la conquista y colonización de América y como la Primera Vuelta al Mundo de Magallanes y Elcano.

Grandes artistas nacieron en ella: Velázquez, Murillo, Gustavo Adolfo Bécquer, Luis Cernuda, los hermanos Machado, Joaquín Turina… y muchos otros procedentes de diferentes puntos geográficos llegaron a nuestra ciudad por ser uno de los principales centros del arte y de la cultura: Miguel de Cervantes, Torrigiano, Zurbarán, Martínez Montañés, Juan de Mesa…

Con una intensa vida cultural durante todo el año, Sevilla ofrece posibilidades para todos los gustos: ópera, flamenco, música clásica, jazz, zarzuela, rock, hip-hop, pop, exposiciones, teatro, cine, cómic… pero sobre todo, Sevilla es la cuna y la capital del flamenco, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, y es, además, la ciudad que más óperas ha inspirado a lo largo de los siglos: 150 composiciones, algunas de ellas tan universales como “Carmen”, “Don Giovanni” o “El Barbero de Sevilla”.

La gastronomía es otro de sus principales atractivos. De larga tradición y riqueza, la oferta es muy amplia y variada, con bares y restaurantes que ofrecen desde recetas más tradicionales a platos más innovadores. La tapa es la seña de identidad más reconocible de sus mesas y barras.

Sevilla, además de tener muy vivo su enorme legado del pasado, mira hacia el futuro y evoluciona, siendo hoy una ciudad cosmopolita e innovadora en todos los ámbitos, sede de grandes eventos internacionales.

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ORÍGENES: EPÓCAS ROMANA, VISIGODA Y ROMANA

Muchas y diferentes culturas han estado presentes en la historia de Sevilla. Su legado ha conformado a lo largo de siglos el patrimonio cultural, monumental y artístico que podemos admirar en sus calles y en sus museos. Los oscuros orígenes han dado lugar a las leyendas que atribuyen a Hércules la fundación de Sevilla. Si queremos acercarnos a la Historia Antigua de Sevilla deberemos desplazarnos al Museo Arqueológico situado en un antiguo pabellón de la Exposición Iberoamericana de 1929, edificio que por sí solo ya merece la visita. Allí encontraremos los vestigios de los pueblos del otro lado del Mediterráneo, la representación de sus dioses lejanos y el Tesoro del Carambolo muestra de la influencia oriental asimilada por aquellos primitivos sevillanos.

Las cercanías de Sevilla (Alcalá del Río) fueron el escenario de la batalla final que enfrentó a romanos y cartagineses (206 A.C.) y el lugar de la fundación de la primera colonia romana, Itálica, así llamada en recuerdo del origen de sus fundadores. Julio César (45 A.C.) convirtió a los sevillanos en ciudadanos romanos de pleno derecho, denominando a la ciudad Julia Romula Hispalis. Aunque en Sevilla hubo grandes y suntuosos templos, circos … y anfiteatros…. todo ha desaparecido afirmaba ya en el siglo XVII Rodrigo Caro. Una razón más para visitar el Museo Arqueológico donde la etapa romana está magníficamente representada con los hallazgos procedentes de Itálica.

Los personajes del escudo de la ciudad, San Leandro y San Isidoro que a uno y otro lado acompañan al rey conquistador evocan la etapa visigoda ensombrecida por el esplendor de la Sevilla Islámica que sucedería inmediatamente después (712 ).

Será en la etapa almohade (mediados siglo XII) cuando Isbiliya alcance su máximo esplendor. Es construida la Mezquita Mayor, cuyo alminar, constituye el símbolo de la ciudad y que a raíz de su remate renacentista coronado por una veleta que gira comenzará a llamarse Giralda.

EDAD MEDIA A S. XIX

La ciudad pasa a la Corona de Castilla por obra del Rey Santo Fernando III que la conquista en 1248. La ciudad ve reconvertidas sus mezquitas en lugares de culto cristiano y la misma suerte corrió la Gran Mezquita. Pero siglo y medio después el estado ruinoso de la misma hace tomar al Cabildo Eclesiástico la decisión de derribarla y construir en aquel mismo lugar la Catedral, símbolo indiscutible de la Sevilla Cristiana. De la etapa medieval es preciso recordar al Rey D. Pedro que en el recinto amurallado del viejo Alcázar islámico construye un Palacio Mudéjar (siglo XIV) .

Será en el siglo XVI cuando Sevilla tras el Descubrimiento de América se convierta en el Puerto de Indias que monopolice el comercio con el Nuevo Continente. La Casa de la Contratación tendrá su sede en los Alcázares y los comerciantes se harán construir la Casa Lonja, que siglos después se convertirá en Archivo de Indias. Se construirán muchas casas-palacio y un importante edificio civil el Hospital de las Cinco Llagas , hoy convertido en Parlamento de Andalucía.

El siglo XVII alumbrará figuras artísticas universales aunque en lo económico hay que lamentar la desviación progresiva del comercio americano hacia Cádiz. Las Hermandades de Pasión que sacaban sus imágenes desordenadamente a la calle, son reglamentadas creándose la Carrera Oficial: el itinerario obligado para todas ellas por donde debían desfilar en un orden determinado por la antigüedad. Se está creando la Semana Santa que unida a la profunda religiosidad da lugar a figuras como Montañés, Murillo, Zurbarán y Valdés Leal cuyas obras encontramos en el Museo de Bellas Artes y repartidos por diversas parroquias. Se edifican importantes edificios religiosos : la iglesia de la Caridad, el Salvador y la impresionante San Luis de los Franceses. En todas estas actuaciones está presente Leonardo de Figueroa, máxima figura del Barroco en Sevilla

El siglo XVIII conocerá la construcción de una nueva Fabrica de Tabacos, edificio industrial que escenario de las andanzas de Carmen la Cigarrera se hará mundialmente famoso. Otro escenario de esta misma obra comienza también a construirse aunque no se concluirá hasta el siglo siguiente, la Plaza de Toros de la Real Maestranza.

El Romanticismo del siglo XIX convierte a Sevilla en un destino exótico para aquellos pioneros del viaje. Algunos eran buenos dibujantes y han dejado apuntes de una ciudad que conservaba aún intacto su recinto amurallado que acabará derribándose para facilitar las comunicaciones entre el intramuros y un extramuros cada vez más extenso. La Arquitectura del Hierro tiene en Sevilla dos representaciones: el Puente de Triana, primer puente de obra sobre el río Guadalquivir inspirado en el Puente Carrousel de París y las Naves del Barranco.

S. XX

El Siglo XX comenzará con la ilusión de la preparación de una Exposición que irá aplazándose por diversos motivos, celebrándose la muestra finalmente en 1929. La Exposición Iberoamericana nos dejó la Plaza de España, la Plaza de América y los pabellones de los países participantes en diferentes estilos que evocan sus culturas autóctonas precolombinas. El siglo acabará también con la celebración de otra Exposición la Expo 92, que conmemoraba el V Centenario del Descubrimiento y que supuso desde el punto de vista urbanístico no sólo la incorporación de la Isla de la Cartuja sino además la eliminación de las dos viejas estaciones de ferrocarril que eran un gran obstáculo en las comunicaciones internas de la ciudad, la construcción de Santa Justa , el Tren de Alta Velocidad, las circunvalaciones etc.

Sevilla es dueña de un patrimonio cultural e histórico único y reconocido, pero también puede presumir de otro tipo de riqueza, que quizás incluso alegre más el alma de quien la disfruta: su gastronomía.

La gastronomía de Sevilla es natural reflejo de la complejidad y sofisticación de su riquísimo legado histórico.

La ciudad ha recogido en su cocina la tradición de todos los pueblos que se han asentado en ella a lo largo de la Historia: romanos, judíos, musulmanes, cristianos… Una ciudad en la que se funden costumbres y sabores de Oriente y Occidente, que incluye la crucial aportación de los productos de América, su condición de ciudad interior, pero con un histórico puerto fluvial y una estrecha relación con las costas cercanas.

La tapa es, sin duda, su seña de identidad. Además de las más típicas, como espinacas con garbanzos, pescaíto frito, pavía de bacalao, carrillada, ensaladilla, menudo, caracoles o montadito de “pringá”, cada establecimiento ofrece sus propias especialidades y cada vez es posible encontrar tapas más elaboradas y creativas.

Una característica propia de la ciudad, gracias a su favorable climatología, es poder disfrutar, en cualquier estación del año, de la agradable experiencia que conlleva comer al aire libre en las terrazas y veladores.

Además de comer, Sevilla ofrece diferentes opciones que permiten conocer mejor nuestra gastronomía: aprender a elaborar los platos típicos, realizar rutas gastronómicas, visitar los mercados de abastos con sus puestos de productos frescos (frutas, verduras, carnes, pescados…).

Y para los paladares más dulces, recomendamos adquirir los dulces elaborados por las monjas de los conventos sevillanos. Todo un deleite para el paladar.


Sevilla Sin Gluten

El proyecto Red Sevilla Sin Gluten, impulsado por el Servicio de Salud del Ayuntamiento de Sevilla, nace con la finalidad de crear y desarrollar una Red de establecimientos de restauración, hostelería y alimentación con una oferta gastronómica segura y libre de gluten.

En Sevilla se puede adquirir diferentes tipos de productos: desde souvenirs como recuerdo de tu paso por la ciudad, hasta productos típicos artesanales (abanicos, cerámica…), así como productos de últimas tendencias de moda, decoración, complementos, zapatos…

Sevilla se caracteriza por su industria artesana protagonizada principalmente por la cerámica y la alfarería. Las primeras labores datan de la época neolítica, aunque es en la etapa musulmana cuando adquieren una personalidad propia, enriquecida más tarde por técnicas y fórmulas de estilos clásicos.

Actualmente, Sevilla sigue manteniendo una extensa red de establecimientos donde se pueden adquirir multitud de productos artesanos, realizados con el mismo cuidado y dedicación que siglos atrás. Artículos como mantones, mantillas, bordados, encajes, abanicos, instrumentos musicales, objetos de guarnicionería, trajes de flamenca o complementos son ejemplos de la artesanía típica sevillana.

Los mantones de manila son una prenda muy utilizada en Sevilla en acontecimientos especiales. Podemos verlos no sólo en la Feria o en la Maestranza, sino también en muchos otros acontecimientos sociales.

También se mantiene la tradición del uso de las mantillas: de color negro en Semana Santa, cuando las mujeres sevillanas se visten de luto el Jueves y Viernes Santo; y las mantillas blancas, muy habituales en las corridas de toros de la Maestranza y en las bodas, usadas por madrinas y muchas novias que sustituyen el tradicional velo por esta prenda.

Uno de los elementos más utilizados es sin duda el abanico. Muchos diseños pintados a mano son pequeñas obras de arte.

Capítulo aparte merece el traje de flamenca, es la única indumentaria regional que está sujeta a modas, al igual que sus complementos (pendientes, collares, pulseras, broches, mantoncillos, zapatos, flores o peinetas) cuya función es realzar el traje.

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